El informe “Deep tech: la nueva revolución” del BID sugiere que el enfoque principal de la mayoría de las startups en América Latina no es la Inteligencia Artificial “generativa”, o sea, la forma de IA que genera nuevos contenidos basados en datos ya existentes. Sin embargo, son capaces de aprovechar la innovación para desarrollar nuevas propuestas y modelos de negocio.
Un ejemplo de esto es la empresa Teramot, creada en 2002. Es una plataforma de “Software as a Service” (SaaS), que ofrece asistentes virtuales utilizando la IA para impulsar los chatbots que interactúan con los usuarios.
Además de esto, Teramot utiliza IA para la manipulación de datos, que implica comprender dónde se encuentra la información requerida, cómo se almacena y cómo se debe ordenar para facilitar su uso. Gracias a esta estrategia, han logrado más de 780.000 dólares en financiamiento de capital, en su mayoría de CITES.
Los creadores de Teramot son Bruno Ruyú, Lucas Uzal y Leonardo Ruspin, quienes se familiarizaron con el campo de la IA en 2005 en el Instituto Balseiro, mientras practicaban la especialidad de Redes Neuronales en su Licenciatura en Física.
“Lucas me sugirió iniciar un proyecto tras localizar progresos en el procesamiento de imágenes y revisar los papeles de investigación sobre interpretación de texto que surgían, ya que era evidente que una revolución estaba en el horizonte”, expresó Ruyú, quien ahora dirige un equipo de 14 personas.
Siguió diciendo: “Identificamos la oportunidad después de haber experimentado el problema de la gestión de datos en primera mano. En todas las empresas, los gerentes quieren acceso rápido y preciso a la información, pero encontrar esto a menudo se convierte en una pesadilla. De hecho, el caos en la información puede interferir con la calidad de los productos y servicios que las empresas ofrecen a sus clientes. Cuando comenzamos a trabajar con modelos de lenguaje como GPT, entendimos que podíamos construir tecnología para resolver este problema».
Uzal afirmó que Teramot tiene una tecnología avanzada que les permite responder correctamente al 100% de las consultas y solicitudes. “Todos los competidores que hemos probado oscilan entre el 60 y 70% en eficacia”, afirmó.
Según este científico y emprendedor, la diferencia que han logrado está inmersa en una tecnología que están patentando. “Nuestra fortaleza radica en algo simple: los asistentes o chatbots son ineficaces si la información no está organizada”.
Aunque el producto está todavía en etapa de desarrollo, el emprendedor vio que muchos de sus usuarios quienes empezaron a usar Teramot para administrar datos internos, terminaron usándolo para la atención al cliente.
Interacción automática
Argentina posee la mayor cantidad de startups de Deep Tech en la región, ofreciendo soluciones tecnológicas escalables para afrontar grandes retos. Con un total de 103 emprendimientos que han recibido capital institucional y un valor alcanzando los 1.900 millones de dólares, el 8% corresponde al segmento de Inteligencia Artificial.
La empresa cordobesa Aivo es un perfecto ejemplo: es una proveedora de “Software as a Service” (SaaS) que automatiza la atención al cliente a través de chatbots alimentados por Inteligencia Artificial. Entre sus clientes figuran BBVA, Cencosud, Movistar, Sony y Volkswagen y, en agosto del año pasado, fue adquirida por la firma estadounidense Engageware.
“Aivo ya ayudó a numerosas empresas a automatizar sus interacciones. Ahora, con la expansión de Engageware en el mercado de los Estados Unidos, podemos ofrecer nuestra solución a miles más. Estamos confiados en que la unión con Engageware impulsará nuestra misión conjunta de revolucionar cómo las organizaciones atienden a sus clientes en todo el mundo”, declaró su fundador, Martín Frascaroli.
No solo texto sino voz
Asimismo, graduados del Balseiro, en este caso con másteres en Física, Raúl Sosa y Julián Neñer cofundaron NeuralWave Technologies el año pasado.
Sus clientes son los desarrolladores de videojuegos y las productoras de contenido multimedia, que pagan por minuto para generar voces naturales mediante el uso de IA, reduciendo de este modo los costos de contratar actores de voz. Según ellos, este es un mercado que factura 15.000 millones de dólares anuales.
“En estos momentos, ofrecemos servicios de síntesis y de clonación de voz. En un futuro próximo, pensamos añadir la posibilidad de modificar los acentos y las emociones”, reveló Neñer, quien espera una facturación inicial de 200.000 dólares anuales “tras una inversión de un millón de dólares que estamos buscando obtener”. El proyecto ha sido seleccionado recientemente como la mejor startup del acelerador de empresas de la Universidad de Luxemburgo.
“Nuestro factor distintivo respecto a competidores como VoiceAI y Voicemod reside en la calidad y el bajo costo de nuestras generaciones. Nuestros modelos de IA son compactos y eficientes, lo que permite usarlos en cualquier dispositivo comercialmente disponible, sin requerir una gran capacidad de computación”, señaló Neñer.
Mientras desarrollan una tecnología de texto a voz emotiva
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